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29/10/14

AVIONES DE COMBATE ESTADOUNIDENSES "AL SERVICIO" DE RUSIA

Durante varios años de confrontación, EE.UU. y la URSS intentaron familiarizarse con el material bélico de su adversario. Abajo les presentamos algunas de las lecciones que aprendió la Fuerza Aérea rusa de EE.UU.
El estudio del adversario es uno de los axiomas del arte de la guerra, y durante décadas de confrontación entre Rusia y EE.UU. ambos países emplearon numerosos esfuerzos para conseguir ejemplares del material bélico de su adversario y decidir las medidas adecuadas para hacer frente a estos sistemas. Particularmente se prestó mucha atención a la aviación como el equipo bélico más complejo, de alta tecnología y de mayor peligro. 



¿Qué aeronaves extranjeras han 'visitado' los secretos centros de prueba de la Fuerza Aérea de la URSS y de la Rusia postsoviética? El impacto tuvo este estudio sobre el desarrollo de la aviación en Rusia es analizado en un artículo publicado en el portal militar ruso TopWar

Dejando aparte la historia del B-29 Stratofortress, que tomó nueva vida en forma de los bombarderos estratégicos soviéticos Tu-4, el artículo se centra en los aviones de propulsión a chorro. 

Documentos desclasificados de la URSS informan del estudio de dos aviones de combate de fabricación de la OTAN en el centro de vuelos de prueba de Ajtúbinsk en 1976. Se trata del caza estadounidense F-5E Tiger-II y el avión de ataque a tierra Cessna A-37B Dragonfly. 

Ambas aeronaves fueron capturadas de la Fuerza Aérea de Vietnam e inmediatamente trasladadas a la Unión Soviética. 

El mayor interés lo presentó el F-5 Freedom Fighter: pudo haberse conseguido en su versión más moderna, el Tiger-II. 

Lo que la URSS 'adquirió' de Tiger-2



¿Para qué fueron concebidos los F-5? Los estadounidenses desarrollaron la aeronave como un caza pensado para la exportación a sus aliados más pobres, así como para otros países del 'tercer mundo' que estarían necesitados de una aeronave lo suficientemente sencilla y barata como para ser empleada en 'batallas locales'. 

Sin embargo, la familiaridad con este 'caza barato' ofreció una cantidad de sorpresas a pilotos soviéticos y a ingenieros aeronáuticos. 

Cedemos la palabra al conocido piloto de pruebas soviético y héroe de la URSS, coronel Vladímir Kandaúrov: 

"(...) Me daba cuenta de que cada empresa tiene puntos fuertes en su diseño. En comparación con los cazas nacionales [de la URSS] de serie, el Tiger tenía un pedal de freno, un elemento de que disponíamos solo en aviones más pesados. La cabina no estaba repleta de interruptores y conmutadores, innecesarios durante el vuelo. Todos ellos están unidos en un tablero en el panel horizontal, fuera de la zona de controles de avión. Sabía que el F-5 no era la aeronave más moderna y sus características eran inferiores a los MiG-21. Sin embargo, me gustó el diseño de la cabina y su gran visión. El panel de control era de muy buena calidad, mientras que la buena iluminación de los vidrios de pantallas de los equipos no generaba brillos y los dejaba ver desde cualquier ángulo (…)". 

Pero la principal 'sorpresa' estaba por venir. Las 18 batallas de entrenamiento contra los MiG-21 terminaron a favor del pequeño pero muy maniobrable 'estadounidense'. Los pilotos se intercambiaron aviones, pero el resultado seguía siendo el mismo. En teoría, el MiG-21 tenía una clara ventaja en velocidad (2 Mach contra el 1,6 Mach), en relación empuje-peso y velocidad de ascenso (225 m/s frente a 175 m/s), pero 'el diablo estaba en los detalles' del ala. Extensines desarrollados en las raíces de las alas, la original 'nariz de tiburón' con los generadores de vórtice, menor carga alar de flaps ranurados proporcionaban la posibilidad de llevar a cabo peleas de perros con ángulos de ataque inalcanzables para los cazas rusos. 

Como resultado, fue 'convocado' el MiG-23M. más moderno, que pudo 'fusilar' al F-5 de misiles guiados de mediano alcance, pero también fue derribado en una pelea de perros contra un adversario tan ágil. 

La conclusión de esta historia resultó mala pero al mismo tiempo reconfortante. Subestimando las 'modestas' características de la aeronave, EE.UU, desplegó contra la Fuerza Aérea de la URSS los pesados F-4, apostando por combates con misiles guiados a larga distancia. 

Las lecciones aprendidas del A-37B Dragonfly



Muchos descubrimientos interesantes aportó también el estudio de otro trofeo: el avión de ataque a tierra A-37B Dragonfly. 

Inicialmente, esta baja y fea aeronave pareció muy poco atractiva y no causó ninguna emoción especial. Igual de modestas parecieron sus armas y otras características: una velocidad subsónica, cañón automático de seis tubos y tanques para echar napalm. Daba la impresión de tratarse de una curiosidad 'voladora' para luchar contra los 'papúes'. 

Sin embargo, un conocimiento del avión más profundo mostró un elemento muy importante del diseño: el blindaje que protegía toda la cabina de metrallas y balas. En este contexto cabría señalar que la causa de tres cuartas partes de la pérdida de aviones de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Vietnam, así como de importante porcentaje de bajas de la aviación soviética en Afganistán era un habitual fuego de ametralladoras y no los sofisticados misiles tierra-aire. 

Muchas cosas interesantes se encuentran también dentro: un llenado 'antillamas' de tanques de combustible desarrollado a partir de espuma de estructura celular, una emisora de radio VHF de 20 canales tamaño palmo de mano, etc. Destacaba un diseño muy pensado del avión: cierres simples y fiables, interesantes soluciones de conexión de cables. Todo lo descubierto fue posteriormente recomendado para su uso en la industria aeronáutica de la URSS. 

Tras una serie de pruebas de vuelo la aeronave fue reclamada para el estudio por la oficina de diseños Sukhoi, donde se decidió desarrollar un avión de ataque de concepción similar (más tarde este proyecto desembocó en el famoso Su-25 Grach). 

Reunión con un OVNI



Este 'objeto volador no identificado' fue encontrado en la Unión Soviética, en estepas en la zona cercana al cosmódromo espacial de Baikonur. A primera vista, se hizo evidente que el hallazgo era un algo muy inusual y misterioso.

Resultó que en medio de la estepa kazaja 'reposaba' el furtivo Lockheed D-21, un drone supersónico, equipado con una cámara panorámica con función de coordenadas vinculantes. La aeronave estaba repleta de tecnologías: cuerpo de titanio, motor estatorreactor, tecnologías que reducen la visibilidad a radares, un diseño y perfección aerodinámica con velocidad de crucero de 3,6 Mach y techo de vuelo de 30 kilómetros. 

Aeronaves robóticas de este tipo fueron operadas por la CIA para misiones de inteligencia estratégica, siendo lanzados desde una aeronave portadora para después, de regreso, 'disparar' un contenedor con la película, y 'echarse' al mar. 
Sin embargo, en noviembre de 1969, después de sacar fotos de un polígono de pruebas nucleares chino, el drone D-21B 'se negó' a regresar y al consumir todo el combustible cayó en territorio de la URSS. 

El aparato fue transportado para su estudio por Andréi Túpolev, quien no tardó en redactar la siguiente nota: "El nivel de desarrollo de la industria nacional hace posible reproducir el dron de reconocimiento con las mismas características de vuelo". Así nació el proyecto Voron, un avión-espía de mejores características que su análogo estadounidense, capaz de llevar a cabo misiones de inteligencia óptica y electrónica sobre cualquier zona del planeta. 

Otros aparatos estudiados



Además de los aviones mencionados, la Unión Soviética fue 'visitada' por muchos fragmentos de aeronaves extranjeras: los de F-111 Aadvark, el primer bombardero con alas de geometría variable o los restos del avión-espía a gran altitud U-2, derribado sobre Sverdlovsk en 1960. 

El almacén de artefactos a estudiar se rellenó con varios trofeos de Vietnam. Expertos soviéticos fueron capaces de estudiar toda la gama de bombas. Entre los elementos que parecieron interesantes figuraban el nuevo sistema de navegación inercial y bombas no explotadas con cabeza de guiado láser. 

El más reciente éxito fue el derribo del bombardero furtivo F-117 sobre Belgrado en 1999. Después de la guerra, los expertos rusos obtuvieron acceso completo a los restos de la secreta aeronave sigilosa.


 

17/10/14

LA ISLA DONDE SE LES OLVIDA Y POR LO TANTO LES CUESTA MORIR

 

En la isla griega de Ikaria parece como si la gente se olvidara de morir. La mayoría de los isleños tampoco se acuerdan de las enfermedades, ya que hay muy pocos casos de cáncer, enfermedades cardiovasculares o demencia.
Según informa el diario 'The Huffington Post', esta pequeña isla en el norte del mar Egeo durante décadas ha sido objeto de muchos estudios realizados por investigadores de todo el mundo con un solo objetivo: revelar cuál es el secreto para una vida larga y saludable.

La escritora y cocinera estadounidense originaria de Ikaria, Diane Kochilas, ha tratado de mostrar desde dentro la esperanza de vida de esta comunidad mediterránea en su nuevo libro de cocina 'Ikaria: lecciones sobre alimentación, vida y longevidad de la isla griega donde la gente se olvida de morir'.

Conozca los seis mejores secretos, según Kochilas, de la longevidad de este remoto rincón del mundo.
1. Comer alimentos locales, estacionales y con moderación. Al hablar de hábitos alimenticios, los octogenarios, nonagenarios y centenarios de Ikaria recuerdan que su infancia (una época de extrema pobreza, escasez y aislamiento) estuvo marcada por lo poco que comían más que por lo que comían, ya que, simplemente, no tenían muchos alimentos.
Los ikarianos consumían muy poca carne, y los que actualmente tienen 100 años normalmente comían lo que encontraban en la naturaleza, como caracoles, setas o verduras silvestres y lo que crecía en sus huertos.

2. Vivir deliberadamente y sin prisas. Los isleños viven a un ritmo lento, pausado, sin prisas, por lo que tienen tiempo para observar y vivir cada momento.
Este ritmo permite que las personas sientan sus cuerpos desde el interior, como se hace en los ejercicios de meditación.

3. Disfrutar del sueño. Los habitantes y visitantes de Ikaria duermen mucho. No se sabe si es por la atmósfera o por el aire limpio, pero los isleños pueden dormir profundamente durante 10 horas, incluso a la luz del día.
Los ikarianos también suelen dormir por la tarde, lo que, según ellos, les permite tener "dos vidas" en un solo día, especialmente en verano. El día empieza a las 9 de la mañana y las 7 de la noche ya es hora de acostarse. Sin embargo, a las 11 de la noche se levantan de nuevo y están despiertos hasta las 3 de la madrugada.

4. Dejar ir las cosas. Como dicen los griegos: "No guardes las cosas malas dentro de ti". Ikaria es un lugar donde la gente tiende a ser tolerante, indulgente y carente de estrés. La cultura de la isla, por su parte, también ofrece una interpretación muy liberal de lo que significa ser desinhibido. Así las fiestas locales siempre están acompañadas de vino y bailes que permiten soltar todo lo malo y disfrutar de la vida.

5. Utilizar hierbas para la mayoría de las molestias de menor importancia para dejar que el cuerpo se cure a sí mismo. La farmacopea popular de la isla es tan extensa que merece un estudio independiente.

6. Pasear mucho. De acuerdo con la autora del libro, pasear es uno de los mejores ejercicios para el cuerpo y la mente. Pese a su edad avanzada, los longevos habitantes de la isla caminan mucho.

11/10/14

SI COCINAS CON AJO: ES IMPORTANTE NO COMETAS ESTE ERROR


El ajo no es sólo un alimento, es sin duda una leyenda con todo su derecho. Se ha encontrado en las pirámides de Egipto e incluso, se hace referencia en la Biblia. Hipócrates, el padre de la medicina occidental, lo prescribía regularmente, y se le dio a los primeros atletas Olímpicos en la antigua Grecia para mejorar el rendimiento.


El ajo tiene más poderes de los que se conoce.
La investigación moderna confirma lo que los curanderos antiguos y herbolarios intuitivamente sabían: que el ajo es un arma poderosa en la batalla contra la enfermedad. Un estudio de 1999 por S. Ankri y D. Mirelman muestra que un compuesto dentro del ajo llamado alicina, es responsable de los antimicrobianos, antivirales y actividad antiparasitaria del ajo. También se ha demostrado que combate las cepas resistentes a los medicamentos de E. coli, y potencialmente podría combatir algunas superbacterias resistentes a los antibióticos.
La alicina no está en realidad en el ajo. Un compuesto, aliina, y una enzima, alliinase son parte de las células en un diente de ajo. Estos dos se mantienen separados, sin embargo, cuando se rompen esas paredes celulares, se reúnen y forman la alicina omnipotente y poderosa.
Así que cuando estás cocinando en casa,  querrás estar segura de romper esas paredes celulares en los dientes de ajo utilizando el método que prefieres. Pero no lo tires en tu olla o sartén. Resulta que el calor neutraliza los beneficios medicinales de la alicina.
Un estudio realizado en 2001 por K. Song y J. A. Milner, demostró que cocinar el ajo ya sea en estufa u horno de microondas o de cualquier manera, destruye toda la actividad de la enzima alliinase dentro de ella. Sin embargo, la mayoría de los platos piden ajos cocidos en lugar de crudo.
Con el fin de preservar algunas de las propiedades curativas de alicina, muchos científicos sugieren picar o cortar en cubitos el ajo, luego dejar reposar durante diez minutos para dejar que el alliinase haga su trabajo y forme la mayor cantidad de alicina como sea posible antes de que sea neutralizado por el calor.


Así que la próxima vez que estés cocinando, asegúrate de cortar primero el ajo, luego dejar reposar. En el momento en que hayas terminado de conseguir el resto de los ingredientes, estos dientes machacados tendrán una gran cantidad de alicina moviéndose en sus células.

12/8/14

EL LAGO APOCALÍPTICO QUE AMENAZA A EE. UU. CON UNA CATÁSTROFE ECOLÓGICA



Las autoridades de EE.UU. han destinado unos 200.000 dólares para evitar la desaparición del lago Saltón, el más grande de California, lo que podría generar una catástrofe ecológica.
Se trata de la primera vez que el Gobierno federal propone destinar dinero contante y sonante para resolver el problema del lago Salton. La rápida contracción del lago representa un riesgo para los seres humanos debido a la contaminación tóxica del aire que amenaza a millones de aves migratorias, según los expertos. Si el lago desapareciera, ello generaría nubes de polvo tóxico sobre la California del Sur. 
Lo que hace decenas de años era un foco de atracción turística, ahora se ha convertido en una pesadilla ecológica.


"El agua es de color marrón oscuro y solo parece azul porque refleja el cielo. Las playas blancas resultan serlo porque están formadas por las espinas pulverizadas de millones de peces muertos. Las aves probablemente no lo pasan bien. El botulismo aviar es un problema persistente en el lago Salton, que mata a miles de aves cada año", escribe uno de los internautas que acaba de visitar el lago. 


El lago Salton se formó por una gran crecida del río Colorado en 1905 a consecuencia de un monumental error de cálculo en una obra de ingeniería. Después de excavarse un canal de riego desde el río Colorado, el río se desbordó a consecuencia de una serie de inundaciones y cambió de curso. Durante varios meses el agua inundó los canales de riego  en la llanura de Saltón y anegó un total de 1000 kilómetros cuadrados de desierto creando un mar interior. 


El lago Saltón es salobre debido a que la tierra de alrededor contiene sal depositada por un antiguo mar, desaparecido hace miles de años. Los agricultores eliminaron la sal de la tierra cercana para hacerla cultivable y la sal se ha acumulado en el lago, que ahora es más salado que el océano Pacífico. Debido a su alta salinidad sobrevive sólo la tilapia, que está muriendo en masa. 


2/8/14

ÁFRICA DE ALTOS VUELOS: ETIOPÍA VISTA DESDE AIRE

Bet Giyorgis, casa dedicada al patrón de Etiopía
Bet Giyorgis, casa dedicada al patrón de Etiopía


Conocer el norte de Etiopía en un helicóptero es una experiencia intensa. En un minuto te encuentras en las nubes, sobrevolando vastas llanuras, montañas y remotas iglesias monolíticas; en el siguiente, te estás precipitando en busca de un espectacular primerísimo plano. Rodney Bolt resiste, bien sujeto, un recorrido no apto para los que sufren de vértigo: un safari por una ruta histórica a vista de pájaro.
Esta fue la primera escena de la ciudad que grabé en mi retina después de abandonar el alboroto del aeropuerto. Aquella cometa negra de Addis (la tercera capital más alta del mundo) me pareció una metáfora de Etiopía misma, un anticipo de lo que sucedería después, cuando ya volaba a bordo de un helicóptero cruzando las tierras altas, al norte, fluyendo a través de las montañas y bajando en picado para saborear primerísimos planos.
En una región de ásperos y largos caminos polvorientos, en la que son necesarios varios vuelos internos para conectar los lugares de interés, era un alivio pensar que sobrevolaba el terreno escarpado para visitar las milenarias iglesias excavadas en la roca. El helicóptero conseguía reducir un viaje de varias horas a pocos minutos. “¿Listos?”, preguntó el piloto, Ben Simpson, a quien conocimos después del vuelo interno que conectaba Addis con Mekele, la ciudad norteña de donde partíamos. Nos recibió a los cuatro pasajeros y nos acompañó a través del vestíbulo principal del aeropuerto de Mekele. Junto con él cruzamos el asfalto que nos separaba de un helicóptero azul y blanco, un Squirrel B3. Nos pusimos los auriculares y nos amarramos a nuestros asientos con el cinturón de seguridad antes de que comenzase a levantar el vuelo suavemente y con destreza.
Montañas de Geralta, en la región de Tigray
Montañas de Geralta, en la región de Tigray

En unos minutos, apenas se veía la carretera que estaba desierta, solo los caminantes solitarios y los pequeños grupos de mulas de carga sobre senderos polvorientos. En el horizonte, kilómetros y kilómetros de extensión. Descendimos unos metros con el fin de observar una robusta iglesia verde y rosa que permanecía sola en la cornisa de una roca. Dos pájaros enormes volaban justo bajo nosotros, y sus alas manchadas de blanco se agitaban fuertemente. Aún más abajo, un grupo de babuinos gelada (una especie en peligro de extinción) se acercaba al río a beber agua. Dispersados, trepaban por la cara de la roca.
Cuando subimos un peldaño más en las alturas, tuvimos ante nosotros las cumbres que se alineaban formando un desfiladero espectacular y así, en un solo segundo, el paisaje pasó a ser absolutamente diferente. Los campos de cereales, junto a grandes espacios verdesmatorrales de árboles, aparecían descoloridos y se desdibujaban por la neblina en la distancia. Aquí y allí brotaban como de la nada granjas compuestas por una choza con un techo de paja cónico y un cuadrado anexo. Uno de los pasajeros se deslizó hasta una puerta lateral del helicóptero para tomar fotos. El viento se batía alrededor mientras dos hombres apilaban paja más abajo. A poca distancia de estas figuras, un par de bueyes daban vueltas en círculo moliendo grano.
Rápidamente, la neblina distante comenzó a disiparse y a dejar entrever una cordillera abrupta, con pináculos que sobresalían del plano como si fueran una línea de castillos fortificados. Eran las montañas de Geralta, donde se escondía nuestra primera parada. Volábamos cada vez más bajo. Una granja que había quedado justo bajo el helicóptero cambió de color e hizo suyo el rojo de la piedra basáltica de los acantilados. Simpson giró el helicóptero a la derecha hacia un precipicio y se aproximó hasta que fuimos capaces de otear la fachada de una iglesia antigua excavada en la roca cerca de la cima.
Mujeres etíopes pertenecientes a la etnia wollo
Mujeres etíopes pertenecientes a la etnia wollo

Las iglesias esculpidas de Geralta mezclan la historia y la leyenda a partes iguales. Tal y como cuenta la tradición, en Etiopía se estableció Etiopik, el bisnieto de Noé. La reina de Saba, descendiente de esta dinastía, fue a visitar al Rey Salomón a Jerusalén y se quedó impresionada por su sabiduría. De su encuentro nació Menelik, quien fundó el imperio Aksum, dinastía que gobernó durante 3.000 años y terminó con la muerte del afamado emperador Haile Selassie en 1975. Menelik viajó hasta Jerusalén para estudiar los secretos de la Ley de Moisés, y se llevó escondida el Arca de la Alianza. Hasta aquí lo que cuenta la tradición.
Lo que sí es un hecho documentado es que el cristianismo comenzó a ser la religión oficial del estado a mediados del siglo IV, y la Iglesia unitaria ortodoxa etíope se construyó a sí misma (aislada e independiente) echando raices desde entonces. Estas iglesias de Geralta y de la vecina región del Tigray muestran la senda seguida durante siglos. Aterrizamos enGheralta Lodge, una discreta colección de bungalós con paredes de piedra que mira a las montañas, apenas 30 minutos después de dejar Mekele. El mismo viaje por carretera hubiera durado dos horas.
Casas cónicas entre las Montañas de Simien y Lalibela  
                                                                  Casas cónicas entre las Montañas de Simien y Lalibela 
Después de un almuerzo a base de pasta con pesto que podríamos haber comido en la misma Génova (Silvio Rizzotti, el propietario, es un auténtico devoto del movimiento Slow Food), nos montamos en un minibús tapizado con piel acrílica y flecos a modo de parasoles y fuimos dando saltos a lo largo de una carretera plagada de baches que atraviesa esta tierra fértil. Gebre, nuestro guía, iba relatando las cosechas que veíamos: trigo, lentejas, mijo, sorgo... En Occidente aún se asocia la imagen de cantidad de gente famélica con Etiopía, aunque en la actualidad no responde a la realidad de un país fértil. Aunque la enorme ineptitud política de los gobiernos (hoy derrocados) lo terminaron llevando hasta ese punto. Cuando parecía que el minibús no iba a avanzar más, decidimos caminar seguidos por una bulliciosa nube de niños, entre ellos, pequeñas de cuatro o cinco años que portaban a sus hermanitos a las espaldas con toda naturalidad.
La iglesia de Kidus Giyorgis Mai Kado 'San Jorge de Agua que Corre' fue cavada en un monolito, pero hoy en día la vegetación la ha convertido en un simple agujero. Y eso sí, tiene el honor de ser una de las más antiguas de la región, aunque la tradición local y los estudiosos occidentales no se hayan puesto aún de acuerdo en lo que a su antigüedad se refiere. Aunque fechada en el siglo X, el guía nos comentó que el origen de Kidus Giyorgisse sitúa 600 años antes, puesto que existió una piedra con la inscripción de dicha fecha; una especie de atril que servía para hacer sonar unas campanas rudimentarias fabricadas con cuatro piezas de pizarra afinadas que colgaban de ella.
Hombre etiópe con un 'gabi' de algodón orgánico
Hombre etiópe con un 'gabi' de algodón orgánico

Una llamada al móvil trajo en unos minutos al sacerdote de la iglesia, todavía fatigado de su jornada laboral en el campo. El cura se quitó las sandalias, se colocó el echarpe y corrió el pestillo de la iglesia, dejándonos entrever el Arca de la Alianza, un privilegio que pocos han disfrutado. Nuestra segunda parada fue Abreha we Atsbeha, esculpida en un acantilado y cuya fachada data de 1800. Nos quedamos plantados frente a ella como los peregrinos ataviados de blanco y Gebre nos sacó de nuestra contemplación mostrándonos un interesante fresco del caníbal Belai, una especie de santo etíope de quien la tradición cuenta que fue salvado del fuego eterno gracias a una gota de agua que brindó a un leproso en nombre de la Virgen María después de haber devorado unos 72 cuerpos. Después, comentando la jugada, volvimos a nuestro lodge a tomar unos cócteles de Campari y tej (el vino local con miel).
Llegamos a Geralta justo al alba. La niebla de la mañana cubría las montañas y le daba un enfoque suave a las tierras: casas de techo de paja, gente andando por los campos, una caravana de camellos yendo a algún sitio... En un minuto estábamos echando una ojeada a la cima de las montañas; al siguiente, el terreno cambiaba y caía en un desnivel a cientos de metros sobre la llanura. La luz se iba endureciendo y nosotros pretendíamos ir de sur a oeste hacia la cordillera Simien.
“Aquí es donde realmente comienza todo”, dijo Simpson 45 minutos después de un vuelo realmente espectacular. Ahorrándonos la caminata por los senderos de la pared del acantilado, de repente nos encontramos en un desfiladero ancho, verde, por donde corría cristalino el río Tekeze. “¿Qué os parece la respuesta africana al Gran Cañón?”, preguntó el piloto descendiendo 30 metros hasta casi rasar el agua y acariciar los cocodrilos, garzas y pelícanos. Después, disparados a 160 km/h hacia arriba de nuevo, vimos por un lado la cascada y las escarpadas montañas por el otro.
Hombre de la etnia amhara
Hombre de la etnia amhara


En un momento, dio la impresión de que Simpson se dirigía directo hacia un acantilado, pero cuando estábamos cerca, lo que parecía una pared sólida se transformó en una extraña perspectiva 3D, revelándonos una serie de pináculos que se sucedían. El helicóptero se ralentizó y Simpson lo hizo descender hasta casi rozar el filo de la hoja que formaban los picos. Yo tuve que cerrar los ojos, y cuando los volví a abrir, estábamos encajados en una plataforma entre dos pináculos. Nos deslizamos hacia las puertas para salir. La esencia de tomillo subía desde los arbustos y llenaba el aire.El buitre de Ruppell, un ave famosa por la altura de su vuelo, nos miró como iguales al pasar pero enseguida subió más alto para ponernos en nuestro lugar. “Este es el desayuno más cool que he tomado nunca”, comentó alguien cuando nos lanzamos al café, al pan recién hecho y a la miel ahumada de Geralta. Más tarde volamos a través de peñascos, sobre grietas, pasando algunas de las montañas más altas de África.
“Los senderistas no tienen ni idea de cómo es el paisaje”, dijo Simpson, y nos volvimos a encajar en una vertiginosa plataforma cubierta de hierba aislada, rodeada de piedras semipreciosas, donde parecía que nunca hubiera estado un ser humano. Después volamos allodge del parque nacional de las Montañas Simien, suspendido a una altitud de 3.260 m. Nos llevó solo un momento llegar al interior del parque (esta vez en un 4x4) después de haber visto una troupe de babuinos gelada. Vuelta a la base, un grupo de niños se arremolinó alrededor del helicóptero haciendo palmas al mismo ritmo.
Las montañas más altas de África
Las montañas más altas de África


Ceremonia nocturna en la iglesia Bet Mariam
Ceremonia nocturna en la iglesia Bet Mariam

Un chico de ocho o nueve años comenzó a cantar a gritos una canción con la que un bebé parecía divertirse, mientras otros dos niños se contorneaban bailando eskista, un baile en el que los hombros toman todo el protagonismo, mientras nosotros nos disponíamos para continuar por el sur del río Tekeze hacia Lalibela. Sabía que los monasterios de esta ciudad santa, con sus nueve siglos de edad, habían sido excavados bajo tierra en la roca. Pero no tenía ni idea de que los cinceladores habían comenzado de arriba hacia abajo, excavando primero un agujero alrededor de un bloque monolítico, esculpiendo a continuación una fachada en él y, finalmente, construyendo un túnel para generar el espacio interior.
Sin embargo, hay otra versión que defiende que se hizo todo de forma simultánea. De cualquier manera, era un cálculo arquitectónico desconcertante. ¿Cómo hacían para construir en negativo con proporciones perfectas? Nos mezclamos con los devotos que esperaban junto a un grupo de iglesias al final de la ciudad. La institución eclesiástica etíope fue la única estable y poderosa frente a todas las luchas dinásticas del país, y ha estado presente durante gran parte de su historia. Los etíopes consiguieron retener su soberanía en el puzle del reparto de África –es el único país africano que no sufrió la colonización–. Además, aquí creció y se hizo adulta la cristiandad, próxima a sus raíces judías. Los peregrinos rezaban en el lateral de la iglesia Bet Medhani Alem ('Casa del Salvador del Mundo') como si estuvieran en el Muro de Jerusalén.
Mercado de Lalibela, en la región de Amhara
Mercado de Lalibela, en la región de Amhara

Dentro de Bet Mariam ('Casa de Santa María'), se excavó estrella de David en la bodega, y un fresco muestra un arcaico nacimiento en el que un buey marrón representa a Dios enfrentándose al buey negro del demonio. Cuando esa noche volvimos para celebrar el festival de la Virgen, los sacerdotes bailaban y cantaban al ritmo de la percusión. A la luz de la luna, las figuras en blanco destacaban en el interior de la roca, una escena que parecía haberse detenido en el tiempo hace dos mil años. Las ceremonias continuarían hasta el domingo por la mañana, cuando la multitud se aglomeraba sentada afuera de las iglesias entonando salmos.
Nuestro vuelo volvió por el sur de Addis acompañando el curso del Nilo Azul. Los cocodrilos se deslizaban hasta el agua, y pasábamos casi acariciándoles el lomo. Nos detuvimos en un lugar libre de reptiles y, en pocos minutos, un grupo de nativos wollo vino de los alrededores: las mujeres con el pelo trenzado y botones cosidos a sus vestidos y los hombres con capas de piel de cabra. Entre risas y gestos, uno de los hombres me ofreció compartir una comida. Al rato, regresó con una bolsa esférica que contenía injera, una especie de crêpe muy fina hecha de harina de teff, un cereal endémico de Etiopía y de sabor amargo, base alimenticia de sus habitantes. Simpson le regaló una vasija de miel de Geralta. El Nilo azul comenzó a volverse marrón mientras fluía hacia Jartum. Volvíamos a sobrevolar los techos de cinc de las casas rodeados del aire lleno de humo y de las negras cometas de Addis Abeba.